Introducción. Está muy claro según la Biblia que Satanás o el Diablo, las palabras hebrea y griega para el Enemigo, existe y aflige al hombre. Esta es también la doctrina consecuente de la Iglesia Católica reflejada en su teología y en sus pronunciamientos oficiales. Pero sobre todo, es un redescubrimiento de nuestro ministerio pastoral actual que nos ha demostrado que existen muchos problemas y males hoy que son resultado no sólo del propio pecado de uno (la carne), o de las presiones y heridas causadas por el hombre pecador (el mundo), sino también del mal personificado preternatural y opresivo (el demonio), y que tales problemas y males no pueden tratarse adecuadamente sólo a través del arrepentimiento personal y la reconciliación interpersonal sino a través de lo que se llama acto de liberación o rescate de esta fuerza o poder maligno espiritual (1Pe 5, 8-9; Ef 6, 10-13).
Jesús nuestro Liberador poderoso. Aunque como resultado de que el hombre sucumbiera a las tretas del Enemigo, el pecado original, trajo consigo el desastre sobre toda la raza humana, Dios le amó tanto que no le abandonó sino que dio a través de la Encarnación a su único hijo, Jesús el Salvador, Emmanuel – Dios con nosotros, la Buena Nueva de Gran alegría a toda la humanidad, el cual aplastaría el dominio de Satanás en su vida, le redimiría de su poder y le devolvería a su Padre Dios. Treinta años más tarde recibiría la autoridad del Padre para proclamar la Buena Nueva a los cautivos y el poder del Espíritu Santo para sanar y liberar a los oprimidos. Pedro diría más tarde cómo Dios ungió a Jesús con el poder del Espíritu Santo, y por este motivo fue de acá para allá haciendo el bien, sanando a todos aquellos que estaban bajo el poder de Satanás porque Dios estaba con él (Hch 10, 38).
Y así Jesús fue a cada ciudad y pueblo de Galilea, predicando y enseñando, sanando y expulsando demonios, porque había venido a establecer el reino de Dios destruyendo las obras de Satanás (1Jn 3, 6). Además envió a sus apóstoles con el mandato de salir a todo el mundo y proclamar el Evangelio a toda la creación; a expulsar demonios en Su Nombre y a imponer las manos sobre los enfermos y sanarlos (Mc 16, 15-10).
Liberación en la Iglesia. A través de su historia la Iglesia ha llevado a cabo el mandato que Cristo le confió, por medio del ministerio específico del exorcismo y el ministerio general de la liberación. Pero hoy especialmente a través de la Renovación Carismática Católica la gente se está dando cuenta cada vez más de la existencia e influencia de Satanás, del error peligroso de buscar ayuda de fuentes "equivocadas", y la disponibilidad de los recursos de la Iglesia para no sólo sanarles de la enfermedad sino para liberarles de esa influencia y ataques demoníacos. Pero para nosotros, en nuestra tradición Católica, la liberación es tanto una manifestación de compasión por los oprimidos, más que un ejercicio de poder contra el opresor, como un proceso de liberación consistente en lo que debería pasar antes, durante y después de la oración de liberación, más que un acto único de celo y ‘violencia santa’.
Antes de la oración de liberación. Uno no puede enfatizar suficientemente la necesidad de un mínimo discernimiento y preparación antes, si fuera posible, de la oración de liberación auténtica. El discernimiento se ejercita tanto por una observación cuidadosa de signos y síntomas como especialmente por medio del dictado interior del Espíritu Santo (ya que estamos tratando de asuntos espirituales), y se confirma tanto por la propia experiencia de uno como, si es necesario, a través de la consulta con aquellos más experimentados en este ministerio. El discernimiento es necesario para conocer con exactitud que áreas de la vida de una persona están siendo atacadas, las fuentes o causas raíz y los puntos de entrada de una influencia o ataque demoníaco particular así como los canales de tal aflicción. El discernimiento se necesita especialmente para saber si una persona necesita cuidado médico o psiquiátrico más que liberación, o si estamos tratando con algún tipo de control oculto o influencia ancestral, o si existe alguna conexión con un nuevo movimiento religioso, o un vínculo a una medicina alternativa cuestionable, o incluso si puede haber alguno infestación de un edificio o lugar, etc.
El proceso de liberación se hace aún más rápido y más seguro si existe la posibilidad de lo que se llama "sanación interior". Esto implica descubrir la causa raíz de las perturbaciones emocionales que a menudo abren a la persona a perturbaciones demoníacas. La sanación interior también quita los bloqueos de una falta de arrepentimiento, una falta de perdón y una falta de renuncia.
Durante la oración de liberación. Es obvio que especialmente en este ministerio tiene que existir tanto una preparación espiritual como práctica para la liberación, que en la mayoría de los casos necesita realizarse privada y discretamente en un ambiente conveniente y apropiado. La oración verdadera de liberación puede ser tanto imprecatoria (atando y expulsando) como intercesora. También puede consistir tanto de partes formales u oficiales como espontáneas, e incluso partes silenciosas. Aquellos en la renovación carismática han dado fe del gran poder de la oración de alabanza y de orar en lenguas en este ministerio. Muchos también han atestiguado el papel de los Sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación en la liberación y la ayuda añadida de los Sacramentales, especialmente el agua bendita, y la intercesión de María, los ángeles y los santos.
La necesidad del discernimiento constante a si la persona necesita realmente la liberación sigue durante la oración. Esto se verifica y confirma principalmente a través de las reacciones de la persona hacia objetos santos y hacia aquellos con autoridad espiritual. También existe aquí la necesidad para discernir ‘los nombres de espíritus malignos’, ‘espíritus familiares’, ‘espíritus animales’, ‘palabras de conocimiento’, ‘descansos en el espíritu’, etc. Finalmente uno necesita discernir si la persona ha sido liberada con éxito y evaluar las razones de cualquier fracaso, para saber cómo proceder más adelante.
Después de la oración de liberación. El proceso de liberación continúa incluso después de una liberación con éxito, ayudando al que es liberado a cerrar las puertas de su alma al Enemigo y a abrirlas al Paráclito. Jesús mismo nos avisó que cuando un espíritu maligno abandona un hombre, irá en busca de otro sitio pero, si no encuentra uno adecuado, querrá volver a ‘casa’. Al encontrarla limpia pero vacía, volverá a entrar en el hombre con otros siete espíritus malignos y la condición de este hombre será mucho peor que antes (Lc 11, 23-26). Jesús también fue en busca del hombre paralítico una segunda vez para advertirle que no pecara más no fuera que le sucediera algo peor (Jn 5, 14). Es fundamental por lo tanto que se prevea en este ministerio el cuidado posterior personal y comunitario, que asegurará que la liberación de una persona se mantenga, llevándole a mantenerse íntegro, insertándole en la hermandad de la Iglesia e incluso motivándole para dar testimonio del Señor (Mc 5, 20).
Conclusión. Aunque sólo los sacerdotes designados oficialmente como ‘exorcistas’ pueden tratar casos de ‘posesión’, todos podemos por virtud de nuestro bautismo orar por la liberación de nosotros mismos y en casos simples por los miembros de nuestra familia y amigos. Pero están aquellos, tanto sacerdotes como laicos, que parecen tener un ‘carisma’ especial de orar por la liberación, que pueden discernirse por los frutos de su éxito y por su enfoque sobrio y equilibrado, que necesita ser confirmado por la comunidad y la Iglesia. Por la naturaleza de este ministerio exigente pero necesario, necesitan orar por la protección de ellos mismos y sus familias. Necesitan ser humildes, compasivos, sin miedo, de oración, entendidos, prudentes y sabios, trabajar en equipos, incluso que incluyan a psiquiatras, bajo la autoridad de la Iglesia. La promoción de un ministerio constante y sistemático de liberación dentro de la Iglesia local es y debería ser una parte integral de la Nueva Evangelización en el Nuevo Milenio, especialmente hoy cuando, como nos advierte el Osservatore Romano del Vaticano, el satanismo en todas sus formas y a través de todos los medios de comunicación modernos, está alzando su fea cabeza.
Jesús nuestro Liberador poderoso. Aunque como resultado de que el hombre sucumbiera a las tretas del Enemigo, el pecado original, trajo consigo el desastre sobre toda la raza humana, Dios le amó tanto que no le abandonó sino que dio a través de la Encarnación a su único hijo, Jesús el Salvador, Emmanuel – Dios con nosotros, la Buena Nueva de Gran alegría a toda la humanidad, el cual aplastaría el dominio de Satanás en su vida, le redimiría de su poder y le devolvería a su Padre Dios. Treinta años más tarde recibiría la autoridad del Padre para proclamar la Buena Nueva a los cautivos y el poder del Espíritu Santo para sanar y liberar a los oprimidos. Pedro diría más tarde cómo Dios ungió a Jesús con el poder del Espíritu Santo, y por este motivo fue de acá para allá haciendo el bien, sanando a todos aquellos que estaban bajo el poder de Satanás porque Dios estaba con él (Hch 10, 38).
Y así Jesús fue a cada ciudad y pueblo de Galilea, predicando y enseñando, sanando y expulsando demonios, porque había venido a establecer el reino de Dios destruyendo las obras de Satanás (1Jn 3, 6). Además envió a sus apóstoles con el mandato de salir a todo el mundo y proclamar el Evangelio a toda la creación; a expulsar demonios en Su Nombre y a imponer las manos sobre los enfermos y sanarlos (Mc 16, 15-10).
Liberación en la Iglesia. A través de su historia la Iglesia ha llevado a cabo el mandato que Cristo le confió, por medio del ministerio específico del exorcismo y el ministerio general de la liberación. Pero hoy especialmente a través de la Renovación Carismática Católica la gente se está dando cuenta cada vez más de la existencia e influencia de Satanás, del error peligroso de buscar ayuda de fuentes "equivocadas", y la disponibilidad de los recursos de la Iglesia para no sólo sanarles de la enfermedad sino para liberarles de esa influencia y ataques demoníacos. Pero para nosotros, en nuestra tradición Católica, la liberación es tanto una manifestación de compasión por los oprimidos, más que un ejercicio de poder contra el opresor, como un proceso de liberación consistente en lo que debería pasar antes, durante y después de la oración de liberación, más que un acto único de celo y ‘violencia santa’.
Antes de la oración de liberación. Uno no puede enfatizar suficientemente la necesidad de un mínimo discernimiento y preparación antes, si fuera posible, de la oración de liberación auténtica. El discernimiento se ejercita tanto por una observación cuidadosa de signos y síntomas como especialmente por medio del dictado interior del Espíritu Santo (ya que estamos tratando de asuntos espirituales), y se confirma tanto por la propia experiencia de uno como, si es necesario, a través de la consulta con aquellos más experimentados en este ministerio. El discernimiento es necesario para conocer con exactitud que áreas de la vida de una persona están siendo atacadas, las fuentes o causas raíz y los puntos de entrada de una influencia o ataque demoníaco particular así como los canales de tal aflicción. El discernimiento se necesita especialmente para saber si una persona necesita cuidado médico o psiquiátrico más que liberación, o si estamos tratando con algún tipo de control oculto o influencia ancestral, o si existe alguna conexión con un nuevo movimiento religioso, o un vínculo a una medicina alternativa cuestionable, o incluso si puede haber alguno infestación de un edificio o lugar, etc.
El proceso de liberación se hace aún más rápido y más seguro si existe la posibilidad de lo que se llama "sanación interior". Esto implica descubrir la causa raíz de las perturbaciones emocionales que a menudo abren a la persona a perturbaciones demoníacas. La sanación interior también quita los bloqueos de una falta de arrepentimiento, una falta de perdón y una falta de renuncia.
Durante la oración de liberación. Es obvio que especialmente en este ministerio tiene que existir tanto una preparación espiritual como práctica para la liberación, que en la mayoría de los casos necesita realizarse privada y discretamente en un ambiente conveniente y apropiado. La oración verdadera de liberación puede ser tanto imprecatoria (atando y expulsando) como intercesora. También puede consistir tanto de partes formales u oficiales como espontáneas, e incluso partes silenciosas. Aquellos en la renovación carismática han dado fe del gran poder de la oración de alabanza y de orar en lenguas en este ministerio. Muchos también han atestiguado el papel de los Sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación en la liberación y la ayuda añadida de los Sacramentales, especialmente el agua bendita, y la intercesión de María, los ángeles y los santos.
La necesidad del discernimiento constante a si la persona necesita realmente la liberación sigue durante la oración. Esto se verifica y confirma principalmente a través de las reacciones de la persona hacia objetos santos y hacia aquellos con autoridad espiritual. También existe aquí la necesidad para discernir ‘los nombres de espíritus malignos’, ‘espíritus familiares’, ‘espíritus animales’, ‘palabras de conocimiento’, ‘descansos en el espíritu’, etc. Finalmente uno necesita discernir si la persona ha sido liberada con éxito y evaluar las razones de cualquier fracaso, para saber cómo proceder más adelante.
Después de la oración de liberación. El proceso de liberación continúa incluso después de una liberación con éxito, ayudando al que es liberado a cerrar las puertas de su alma al Enemigo y a abrirlas al Paráclito. Jesús mismo nos avisó que cuando un espíritu maligno abandona un hombre, irá en busca de otro sitio pero, si no encuentra uno adecuado, querrá volver a ‘casa’. Al encontrarla limpia pero vacía, volverá a entrar en el hombre con otros siete espíritus malignos y la condición de este hombre será mucho peor que antes (Lc 11, 23-26). Jesús también fue en busca del hombre paralítico una segunda vez para advertirle que no pecara más no fuera que le sucediera algo peor (Jn 5, 14). Es fundamental por lo tanto que se prevea en este ministerio el cuidado posterior personal y comunitario, que asegurará que la liberación de una persona se mantenga, llevándole a mantenerse íntegro, insertándole en la hermandad de la Iglesia e incluso motivándole para dar testimonio del Señor (Mc 5, 20).
Conclusión. Aunque sólo los sacerdotes designados oficialmente como ‘exorcistas’ pueden tratar casos de ‘posesión’, todos podemos por virtud de nuestro bautismo orar por la liberación de nosotros mismos y en casos simples por los miembros de nuestra familia y amigos. Pero están aquellos, tanto sacerdotes como laicos, que parecen tener un ‘carisma’ especial de orar por la liberación, que pueden discernirse por los frutos de su éxito y por su enfoque sobrio y equilibrado, que necesita ser confirmado por la comunidad y la Iglesia. Por la naturaleza de este ministerio exigente pero necesario, necesitan orar por la protección de ellos mismos y sus familias. Necesitan ser humildes, compasivos, sin miedo, de oración, entendidos, prudentes y sabios, trabajar en equipos, incluso que incluyan a psiquiatras, bajo la autoridad de la Iglesia. La promoción de un ministerio constante y sistemático de liberación dentro de la Iglesia local es y debería ser una parte integral de la Nueva Evangelización en el Nuevo Milenio, especialmente hoy cuando, como nos advierte el Osservatore Romano del Vaticano, el satanismo en todas sus formas y a través de todos los medios de comunicación modernos, está alzando su fea cabeza.
5 Comentarios:
QUE BUENO QUE EXISTE UN ESPACIO COMO ESTE OJALA QUE HUBIERA RESPUESTAS A MUCHA S INQUIETUDES QUE TENEMOS LOS FELIGRESES PARA HACER MAS POR NUESTRA IGLESIA. OJALA QUE EL MOVVIEMIENTO DE LA RENOVACION CARISMATICA EN EL ESPIRITU SANTO SE ESTENDIERA SIN NINGUN TEMOR. ARCHIS PARA SERVIRLE... MI CORREO ES LABERINTOS_20_2006@HOTMAIL.COM
HOLA ME PARECE MUY INTEREZANTE EL TEMA, ME GUSTARIA SABER SI EXISTE UN CORREO PERSONAL POR EL CUAL SE PUEDAN HACER PREGUNTAS PERSONALES Y OBTENER LAS RESPUESTAS NECESARIAS, ME PARECE QUE HOY MAS QUE NUNCA SE NECESITAN CONOCER ESTOS TEMAS PUES EN UN MUNDO QUE CADA VEZ CREE MENOS ES NECESARIO CONOCER EL PODER DE DIOS
buenas noches, necesito urgente su ayuda. Se me metió el diablo. No me poseyó como se suele confundir como en las películas de terror. Soy consciente que estoy mal, pero es imposible soportarlo más. Hay maldad, crueldad dentro de mí. Pasaron 2 meses, me la estoy creyendo que soy asi, ayudenme, estoy perdida, ya lo comprobé antes. No hablo otros idiomas, no hago cosas de locos, pero créanme, hubo un vacío y se me metió. Y digo esto porque me harté de la Biblia, dije cosas horribles de Dios. Ahora no tengo opción. Una noche invoqué a Satanás y en el cuarto de mi hermana la cama comenzó a golpearse muy fuerte. Me detuve, bajé a la sala, lloré pero no cambió nada aparentemente. Tienen que creerme. Las cosas más feas de la gente, lo que más odio me gustan mi mente maquina perfectamente bien, no tengo verguenza ni pudor ni culpa nada, me siento vacía. Yo no era asi me acuerdo. Algo malo ya esta pasando en mi casa, pero me da igual, y soy la mayor, no me importan mis hermanas ni mis padres solo quiero irme de alli y hacer cosas que mejor no las escribo, pero eso no es nada. En otras palabras, no se hasta cuando pueda seguir con este "engaño".
Debo tomar medidas drasticas, asi que morir resulta algo totalmente CORRECTO para mí. No estoy loca, créanme, (por si acaso mi I.Q. es 127). Puedo comportarme perfectamente como cualquier persona civilizada, comparto esto porque mi proximo paso sera la muerte, a mi no se me hace problemas, tengo la voluntad y la completa disponibilidad. Voy a esperar unos días más, caso contrario lo haré pase lo que pase como dije antes no me importan las consecuencias, estoy más que vacía. Tengo una seguridad de que Dios ya me dejó de lado. Alguien tiene algo para decir? El exorcismo debe ser PURAMENTE REAL, es serio.
Mi correo: paola7even@gmail.com
PADRE JOSELUIS LO SALUDO Y PIDO AL DIOS DE LA MISERICORDIA POR SU SANTIFICACION Y LA DE TODOS LOS SACERDOTES DEL MUNDO HOY LE DOY GRACIAS POR DOTO LO QUE NOS DAS VIDA Y VIDA EN ABUNDANCIA TE PIDO ORACION POR MI FAMILIA POR MIS HIJOS Y NIETOS QUE TODOS PERMANESCANOS UNIDOS A TI SEÑOR JESUS Y A LA MAMA LINDA LA VIRGEN MARIA QUE NOS CUBRA CON SU SANTO MANTO .AMEN
SEÑOR JESUS TE AMO TE ADORO TE DOY GRACIAS POR ENCONTRARTE EN ESTA PASCUA QUE TU SEÑOR ME GUIES ME CONDUSCAS POR BUEN CAMINO YA QUE TE ENCONTRE VIVO REAL TE QUEDASTES PARA SANARNOS PARA SALBARNOS PARA LIBERARNOS PARA PERDONAR NUESTRO PECADO HOY ESTAS ACA EN EL SAGRARIO ESPERANDONOS PARA DARNOS VIDA Y VIDA EN ABUNDANCIA GRACIAS MI AMADO JESUS SIN TI NO SOY NADA Y GRACIAS POR ESA MADRE LINDA QUE ELLA NOS CUBRA CON SU SANTO MANTO PADRE UNA BENDICION PARA MI FAMILIA AMEN.
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