miércoles, julio 02, 2008

EL PELIGRO DE LAS SECTAS (¿Qué dice la Psicología?)

Nunca las sectas proliferaron tanto como en la actualidad, probablemente debido a la crisis de las religiones tradicionales al cambio y crisis de valores y también al desencanto que sufren muchos individuos dadas las condiciones y exigencias de la sociedad en que vivimos.Pero antes de hablar de las sectas conviene conocer a qué nos estamos refiriendo cuando empleamos este término.

Manuel Guerra y Cols (1999) las definen como "clave existencial, teórica y práctica, de los que pertenecen a un grupo autónomo, no cristiano, fanáticamente proselitista, exaltador del esfuerzo personal y expectante de un cambio maravilloso, ya colectivo de la humanidad, ya individual o del hombre en una especie de super-hombre".

Conviene, también, saber que las sectas tratan de introducir para sí mismas nuevas denominaciones, a fin de evitar el tono peyorativo que implica la palabra "secta", y podemos encontrarlas bajo denominaciones que enmascaran su posible identificación: "Nuevos movimientos religiosos", "Movimientos religiosos alternativos", "Centros culturales y sociales", etc.
La clasificación de las sectas se puede hacer en función de los diferentes criterios que las sustentan, religiosos, políticos, económicos, esotéricos, históricos, etc. No obstante una clasificación más funcional, para el tema que nos ocupa, es en función de los grados de peligrosidad que supone para el individuo el pertenecer a una secta. En este sentido podemos encontrar:

a. Sectas que no dañan a sus adeptos ni económica ni físicamente.

b. Sectas que ocasionan daños económicos o tratamientos médicos específicos en sus adeptos.

c. Sectas que a las características anteriores añaden la violencia física o limitan el pleno desarrollo de la personalidad.

d. Aquellas sectas que además de lo anterior abarcarían el extremo máximo de la violencia.
Pero ¿cómo se llega a una secta?Vivimos en un mundo materialista, consumista, un mundo en el que se vive por y para la tenencia y exhibición de bienes materiales, el hombre de nuestros tiempos ha perdido humanidad a la vez que fue ganando en egoísmo y frivolidad. La colaboración se ha tornado en competitividad, muchas veces despiadada y desleal, sin principios, sólo interesa llegar, conseguir, triunfar.Y en este trayecto trepidante ruedan cabezas, algunos ni siquiera lo recorren en sus primeros tramos, otros inmersos en el sistema luchan contra todo y contra todos, incluso contra sus propios sentimientos e ideales, finalmente se encuentran con el estrés, la soledad, la tristeza y el desamparo, un desamparo feroz.

El sujeto zarandeado por la vida y sus avatares sufre un grave desencanto y sin ánimos para retomar sólo sus problemas, para poner rumbo a su vida, tal como había diseñado, se encuentra a la deriva, es el momento justo y preciso para dejarse ayudar.Y ahí, fuera, en cualquier parte, donde menos se espera están las sectas.

Muchas de ellas son tremendamente eficientes, los anzuelos están estratégicamente desplegados, imparten atractivas conferencias, cursos de desarrollo personal y superación, tratamiento de adicciones, aprendizaje de técnicas de meditación, etc. Una vez que el sujeto se interesa por estos u otros servicios la suerte puede estar echada.
Según Pepe Rodríguez, investigador de la problemática sectaria, además del momento de crisis por la que puede estar atravesando un sujeto, para que pueda darse la captación se han de dar las siguientes condiciones:

-Tener un perfil de personalidad presectaria (sistema familiar disfuncional, trastornos de personalidad, búsqueda espiritual, etc)

-Ser captado adecuadamente. La probabilidad de que esto sea así es mayor si el reclutador es una persona significativa para el sujeto, por el respeto que le infunde, por la confianza que le inspire, por su nivel educativo o profesional, etc.

-El mensaje sectario. Es de trascendental importancia que encaje con las necesidades, intereses e ideología del sujeto.Jose Luis G. Alvarez y Cols consideran necesarios otros factores, aunque están implícitos en el perfil de personalidad al que se refiere P. Rodríguez (los cito para mayor aclaración y comprensión).

-Pobre educación u orientación durante el desarrollo del sujeto como persona. A este respecto, las sectas destructivas, limitan a los hijos de sus adeptos el juego y la relación con otros niños de su entorno y obligan a los adolescentes a dejar de estudiar a los dieciséis años.

-Ignorancia de las maniobras de manipulación de las sectas. Es obvio que al desconocer tales técnicas y tácticas de adoctrinamiento el sujeto puede ser convencido y engañado con suma facilidad.Una vez que el sujeto ha sido captado, hay que hacer de él un adepto incondicional, para ello se debe controlar hasta el mínimo detalle, las estrategias se centrarán en la persuasión coercitiva o lavado de cerebro.Se anulará su personalidad anterior, al menos en parte, y se le diseñará un nuevo estilo de vida.
La forma de ir conformando este trabajo es la siguiente:

-Proceso de racionalización. La secta comenzará a desplegar machacona y sabiamente sus argumentos y forma de ver e interpretar la realidad. Generalmente se impide la crítica al dogma sectario y al líder de la secta. La unidad se debe establecer a toda costa y la unidad peligra si hay diversidad de opiniones.

-Control de las relaciones y actividades del adepto. Se van cortando todos los vínculos que el sujeto tenía, antes de ser captado, con otras personas. Para ello los mensajes, cuidadosamente seleccionados, se repetirán de varias formas y maneras, más o menos son del siguiente tipo. "Ellos son materialistas, egoístas... ¿te han ayudado cuando más los necesitabas? "El mal está fuera, el mundo está loco, las personas son envidiosas, hay corrupción, nosotros nos ayudamos porque nos apoyamos, permanecemos juntos y nos amamos como hermanos".El líder de la secta será el nuevo padre y la pareja si se tiene, a no ser que ingrese en la secta, será rebajada y se hará de ella un monstruo poseído exclusivamente por el egoísmo y el interés.

-En las sectas destructivas se puede llegar a desposeer al individuo de todas sus fuentes de supervivencia y propiedades, así ya no tiene más que el grupo al que pertenece y, por tanto, ya está asegurada su dependencia del mismo. A partir de este momento el sujeto está en disposición de trabajar por y para la secta, delinquiendo en ocasiones.

-Debilitamiento orgánico. Un organismo sin energía en un organismo vulnerable, incapaz de razonar. Las dietas manipuladas, el descanso insuficiente, la actividad excesiva y la falta de hobbies hacen del sujeto una marioneta cuyos hilos solamente maneja la secta.

-Sexualidad. Se manipula también la vida más íntima de los adeptos bien sea reprimiendo su sexualidad o bien fomentando la promiscuidad. Cualquiera que sea la pauta impuesta al respecto, ha de ser cumplida, sin cuestionar.

-Se generan además en el sujeto miedos y fobias, contra todo el mundo exterior porque dentro existe solamente el bien y fuera habita el mal. Un mal demoledor que llevará al sujeto al dolor, la marginación y al pecado.Hemos abordado, someramente, qué es una secta y cómo un sujeto puede llegar a ser un adepto. Nos queda por conocer cómo podemos detectar a una persona que se está introduciendo en estos grupos o que está plenamente integrada. Lo abordaremos en el próximo número.Solamente el conocimiento de los hechos permite modificarlos.

POR RAQUEL BUZNEGO (PSICOLOGA)

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