lunes, julio 16, 2007

DONES Y CARISMAS (4ª Parte): La Fe Carismática (Por el P. Alberto Ibañez Padilla S.J.)

La Fe, puede entenderse como Virtud teologal como Fruto del Espíritu y como Carisma. La fe como virtud teologal es creer a Dios porque es la Verdad misma. Nos eleva al nivel sobre-natural. Nos permite penetrar en los misterios superiores a la razón humana. Cuando decimos “fe”, en la Biblia o en el lenguaje cristiano, por lo común estamos refiriéndonos a esta fe teologal, fundamento de la religión cristiana.La fe como fruto del Espíritu la menciona Gál 5,22. Puede llamarse también fidelidad: es la confianza hacia el prójimo que experimenta quien está lleno de Espíritu o la que a su vez despierta. Los frutos son actos virtuosos, experimentables y agradables, que sirven como signo de que el Espíritu ha actuado.

Ahora, en cambio, nos toca hablar del carisma de fe. Los carismas son gracias que el Espíritu Santo derrama como quiere, para edificación de la Iglesia. No están en relación directa con la virtud de quien los ejercita (1Co 12,4-14,40). San Pablo nombra la fe carismática cuando enumera carismas en 1Co 12,9 y poco después la identifica con la que Jesús recomienda con frecuencia: “Aunque tuviera toda la fe como para trasladar montañas” (1Co 13,2; cf Mt 17,20; 21,21).En otros textos de San Pablo no es tan fácil distinguir si se está refiriendo a la fe teologal o a la fe carismática. Esas dos formas de fe necesitamos entenderlas bien para explicarlas a otros que nunca habían caído en la cuenta de esa distinción.
El carisma de fe no es lo mismo que la virtud de la fe. Cuando Jesús dice: «Si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: “Trasládate de aquí a allá” y la montaña se trasladaría» (Mt.17,20), está refiriéndose a la fe carismática. Reprochaba a sus discípulos tener poca fe y a San Pedro, que se atrevió a caminar unos cuantos pasos encima del agua, lo llamó “hombre de poca fe”. (Mt 8,26; 14,31; 16,8; 17,20).Era poca, en comparación con la que Jesús quería de Pedro. Cuando éste después de Pentecostés vio al paralítico, se atrevió a decirle: “En nombre de Jesús, levántate y camina”: entonces ya tenía mucha fe. Jesús lo había ido estimulando en ese crecimiento, hasta retándolo y poniéndolo en situaciones en que no le quedaba más remedio que ejercitar la fe: por ejemplo, mandándolo a pescar una moneda (Mt.17,27).Cuando San Pablo en la armadura de un soldado de Cristo pone el escudo de la fe que para los dardos incendiarios del adversario (Ef.6,16), está aludiendo a lo mismo que Jesús había dicho: “Estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar las serpientes con sus manos y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán” (Mc.16,18). Se comprende que estos efectos carismáticos no están asociados a la fe teologal sino a la fe carismática.
El carisma de fe debe empapar todo carisma. Es el fundamento del carisma de inmunidad, lenguas, sanación o liberación. Cuando oro en lenguas debo tener la CONVICCIÓN y UNCIÓN de que el Espíritu viene en ayuda de mi espíritu, habla por mi boca y me hace orar como conviene. Cuando oro por un enfermo no gastaría mi tiempo y mi empeño si no creyera que Dios quiere y puede sanarlo. Es decir, si no creyera que de veras, esa oración es “el deseo del Espíritu” y que “su intercesión en favor de los santos está de acuerdo con la voluntad divina” (Rom.8,27).Esta fe no es simplemente una creencia en que Dios es poderoso y bueno. Es una CONVICCIÓN interior de que Dios quiere y puede AHORA usarme para eso.Ése es el ejercicio concreto del carisma de fe y el secreto de la docilidad carismática.Esta fe marca la diferencia entre un carismático y un mentalista.Uno desarrolla su docilidad instrumental para hacer lo que Dios quiere y el otro desarrolla sus propios poderes, tiene fe en sí mismo, con peligro de excitar su ego y creerse invulnerable o capaz de manipular a los otros. Probablemente también se refiere al carisma de fe este texto de 2Cor 4,13: «Teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: “Creí y por eso hablé”, también nosotros creemos y por eso hablamos». En el capítulo anterior había afirmado: “Es Cristo el que nos da esta seguridad delante de Dios, no porque podamos atribuirnos algo que venga de nosotros mismos, ya que toda nuestra capacidad viene de Dios.” (2Cor 3,3s)Sin una fe carismática fuerte, las cosas aparatosas que yo realice, serán fenómenos psicológicos o ritos mágicos, y los cargos que yo tenga en la Iglesia serán títulos, pero no verdaderos ministerios del Cuerpo Místico de Cristo.Sin fe carismática, la profecía será palabras que no cambian los corazones.En un pasaje de la Carta a los Romanos, San Pablo exhorta: “No se estimen más de lo que conviene; pero tengan por ustedes una estima razonable, según la medida de la fe que Dios repartió a cada uno” (Rom.12,3). ¡Según la medida de la fe, no de sus glorias humanas!1Por lo tanto, esa fe carismática es el secreto para medir cualquier carisma y para regular su ejercicio: San Pablo, comentando el tema del Cuerpo, añade: “Teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía ejerzámoslo en la medida de nuestra fe” (Rom.12,6).¿Qué quiere decir esto? Si en una reunión de oración pienso: “Ahora vendría bien decir una profecía”, o “A Mónica le hace falta que yo le largue una profecía”, eso es en la medida de mi amor propio, o en la medida de mi prudencia humana o en la medida de mi habilidad. No se trata de que obremos en esa medida, sino únicamente en la medida de la fe. Sólo en el caso de que yo crea que el Espíritu Santo quiere usarme para decir esa profecía o palabra de conocimiento, sólo en ese caso la podré dar.Por lo tanto, si he ejercitado un carisma y me viene la duda: “¿Pero será carisma? ¿Eso que estuve hablando: bla, bla, bla, será carisma de lenguas o será cosa mía, nada más?”. ¡EXAMINA TU FE! Examina esa experiencia, esa convicción interior: ¿lo estabas hablando por llamar la atención?, ¿decías esos sonidos "a propósito" o según el Espíritu te permitía expresarte? (Hch.2,4). ¿Sentías que estabas orando en espíritu o sólo en entendimiento? (1Co 14,15).2San Pedro da la misma pauta con otras palabras y referidas a otros carismas; es el único pasaje de un texto bíblico no paulino que usa la palabra carisma, y sigue: “Si alguno habla, sean palabras de Dios, si alguno presta un servicio, hágalo en virtud del poder recibido de Dios (¡No en virtud de su habilidad humana, sino de que el Espíritu está usándolo!), para que Dios sea glorificado” (1Pe.4,11).Solamente cuando nos sentimos llevados por el Señor tenemos derecho a actuar en su nombre. Esta CONVICCIÓN CONCRETA es fe carismática, que está basada en la unción que en ese momento experimentamos. A medida que crece nuestra fe carismática, crecemos en otros carismas.
3El carisma de fe nos supone “fervientes en el Espíritu” (Rm 12,11). Ese “nuevo fervor” que Juan Pablo II exigía para la nueva evangelización, entre nosotros significa el bautismo en el Espíritu. Y esto, no sólo recibido una vez, en los comienzos de nuestra vida carismática, sino hambreado y experimentado con frecuencia, para la recepción de nuevos carismas.Con la fe carismática seremos ardientes testigos. No hablaremos como repitiendo doctrina de memoria. Cuando entre a nuestras reuniones un descreído, le pasará como a un chorro de agua fría que cae en una caldera hirviente: “será convencido por todos y adorará a Dios confesando que está entre nosotros” (1Cor 14,25).Con esa fe carismática moveremos montañas: no sólo individuos, pesados como rocas, sino también los obstáculos sociales que están trabando el avance del Reino.
(Esta enseñanza fue tomada de www.rcc.org.ar. Mañana continúa con un profundo artículo sobre el "amor carismático") Esperamos tus comentarios.

4 Comentarios:

hola padre, por favor ponga en su blog un pedido de oración para mi abuela Mercedes Zupel que esta grabe con una encepalopatía. Ademas el año pasado murio su hijo, el anteror el otro hijo. bendiciones
y si puede hacer una cadena de oración con los que estan conectados católicos Dios se lo recompensará

Padre leo todos los dias su sitio y me resulta de mucho provecho en lo espiritual y en lo formativo,que el Señor lo bendiga por su obra.

Hola Padre José, muy afectivo el resumen sobre "fe carismatica", me recordo lo que realmente es ser carismatico, aunque abeces se hace dificil dado que ya no estoy acompañado de personas convertidas, pero si llevo el amor de Jesús en mi corazón, y esta exposición sobre el tema que realizo fue como un shock a mi ser, de donde debe estar mi alma y mi corazon
Gracias por su guía
Bendix max Pax
José - Uruguay

dios es el mas grande del mundo

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