P. José Luis, Predicó en el Gran Congreso Internacional de La Mansión

Sin duda, para el Padre José Luis, una manera maravillosa de cerrar un año lleno de desafíos y oportunidades, de crecimiento y maduración carismática es cerrar el 2009 predicando en el XXX Gran Encuentro Internacional del Nuevo Pentecostés, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Este gran evento, que organizan cada año los Padre Dominicos y el Centro de Espiritualidad La Mansión, se realizó este año bajo el lema "La Eucaristía, Fuerza para la Evangelización". Fue un año jubilar por cumplirse 30 años de Congresos. Más de 8 mil personas, que mañana, tarde y noche, durante 8 días seguidos participan en los talleres de formación, las Eucaristías diarias, Los momentos de alabanza, cientos y cientos de confesiones, peregrinaciones, y un sin fin de riquezas dadas en el compartir experiencias con hermanos venidos desde Brasil, Perú, Chile, Argentina, Colombia, Ecuador, Paraguay, etc.

El Padre José Luis, fue invitado por la coordinación del evento a predicar dos talleres. Así, la tarde del lunes 23 y martes 24 de noviembre, se brindaron las 2 jornadas de formación y avivamiento. El primer Taller fue: "La Eucaristía, Alabanza que Sana", donde se vivió un rejuvenecimiento en nuestra manera de alabar a Dios personal y comunitariamente. Aquí el Padre pudo expresar todo su experiencia y compartirnos este hermoso don que Dios le regaló: ser ministro de alabanza, aún sin saber tocar, bailar o cantar... Con su Palabra profética, catequética y animadora, sencilla, directa y testimonial, nos enseñó cómo alabar a Dios y a redescubrir la belleza de esta oración a la cual le hemos perdido el gusto muchas veces y que creemos sabida. Nos ayudó a alabar como en los tiempos del primer encuentro con Dios, hemos crecido y hemos aprendido con profundidad teológica y espiritual en qué consiste. Gloria a Dios!

El segundo taller se tituló: "El Espíritu Santo, en la Eucaristía y en nosotros". Fue la prédica que más gustó a la gran mayoría de los presentes que hasta el último día del Congreso recordaban las enseñanzas de ese taller. El Padre nos fue llevando a contemplar la acción transformante del Espíritu Santo en las especies eucarísticas y en la comunidad creyente y fue haciendo un paralelo con el modo en que la Ruah Santa va trasformando todo nuestro ser. La Enseñanza fue en tres bloques: Primeramente meditamos en la Epíclesis de Consagración y en misterio de la Transustanciación y oramos pidiendo un derramamiento nuevo y constante sobra cada área de nuestras vidas. En el segundo bloque, hemos aprendido sobre la Epíclesis de Comunión y cómo el Espíritu Santo obra la unidad en la Iglesia. Fue un momento muy emotivo, oramos en pequeños grupos de pertenencia, pidiendo el don testimonial de la unidad y del amor y pidiendo ser libre de todo aquella que atenta contra la unidad querida por Jesus.

El tercer y último bloque, fue conocer cómo la Misa es envío y cómo el Espíritu de Dios no nos deja quietos sino que nos envía a testimoniar, a enseñar, a transformar toda las realidades. Fue la oración más fuerte, pidiendo un nuevo pentecostés para las naciones orando hacia los cuatro puntos cardinales, clamando la presencia renovadora del Espíritu.

Todo fue en un clima de alegría, a pesar de ser la hora de la siesta y con mucha calor, nadie se durmió, nadie se percató del calor, todos estabamos muy atentos a cada detalle de la enseñanza. Siempre con la sonrisa a flor de labios, con una chiste, con palabras fuertes, las 3 horas que duraron cada taller pasaron como si nada...

El Padre José Luis, nos compartió su testimonio, cómo desde niño fue llamado al sacerdocio, cómo conoció la experiencia de la Renovación Carismática Católica y cómo Dios rescató su vida y su ministerio por medio de una nueva relación de amistad con el Espíritu Santo. Nos compartió lo importante que fue La Mansión en ese avivamiento, todos nos emocionamos y nos gloriamos en Dios...

Aquí junto al coordinador del XXX Gran Congreso Internacional del Nuevo Pentecostés, Sr. Walter Estenssoro. Un nuevo amigo junto a su querida esposa. En la Foto de abajo junto a las servidoras que trabajan cada año en la secretaría. Sin tantos y buenos servidores sería imposible que un evento tan singular como este pueda realizarse. A todos los servidores, de alojamiento, orden y disciplina, ministerios de música, Cruz Verde, alimentación, transporte, secretaría, medios de comunicación, librería, equipo de liturgia, intercesión, limpieza, etc. Un agradecimiento a los Padres Dominicos y a la familia de la Sra. Niña que fueron tan atentos y generosos.

Gracias a todos los que trabajaron en este Gran Congreso Internacional y a todos los hermanos que desde diferentes lugares han participado. Nos veremos muy pronto con la Gracia de Dios...

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