Este fue el lema que nos convocó: "Una Palabra tuya bastará para sanarme"...
Desde muy temrano muchos hermanos llegaron hasta el patio cubierto de una escuela de la ciudad de San Luis. Comenzamos con mucha alabanza, alegría y muchas ganas de crecer en la espiritualidad carismática.
A medida que iba pasandoel retiro cada vez más hermanos se sumaba hasta que el salón que do totalmente colmado de fieles. Todos los temas que se predicaron tivieron como eje el Poder de la Palabra de Dios y fue una gran motivación para cada vez más conocer la Biblia, amarla, estudiarla, orar con ella, instruirnos, animarnos y corregirnos con su luz y guía.
También este retiro fue una gran ocasión para crecer en capacidad de escucahr la voz de Dios que sigue hablando. Tuvimos un taller de oración contemplativa, donde aprendimos a hacer silencio, qué hacer frente a las distraciones que nos quieren sacar de la oración, crecimos en la docilidad a la Palabra y al compartir el discernimiento, asi como el don de profecía. Como ven, el crecimeinto fue mucho. Antes de todo esto meditamos sobre qué es la fe, como don y tarea: "La fe, es la Garantía de los bienes que se esperan y la plena certeza de las realidades que no se ven..." (Hb 11, 1). Casi como si fuera un juego, entre cantos y alegría, todos nos fuimos con esa cita prendida en la memoria y en el corazón.
Claro que también hubo tiempo cara compartir un rico almuerzo junto al Padre Anibal, Párroco de la Parroquia Inmaculado Corazón de María, que fue quien me invitó a predicar este Retiro de Crecimiento Carismático. gacias a toda la Comunidad Puntana, por su alegría, sencillez y amistad en Cristo.
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