sábado, enero 12, 2008

CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL ESPÍRITU SANTO

¡Oh Dios Espíritu Santo! Postrados ante tu divina majestad, venimos a consagrarnos a Ti con todo lo que somos y tenemos. Por un acto de la omnipotencia del Padre hemos sido creados, por gracia del Hijo hemos sido redimidos, y por tu inefable amor has venido a nuestras almas para santificarnos, comunicándonos tu misma vida divina.
Desde el día de nuestro bautismo has tomado posesión de cada uno de nosotros, transformándonos en templos vivos donde Tú moras juntamente con el Padre y el Hijo; y el día de la Confirmación fue la Pentecostés en que descendiste a nuestros corazones con la plenitud de tus dones, pera que viviéramos una vida íntegramente cristiana.
Permanece entre nosotros para presidir nuestras reuniones; santifica nuestras alegrías y endulza nuestros pesares; ilumina nuestras mentes con los dones de la sabiduría, del entendimiento y de la ciencia; en horas de confusión y de dudas asístenos con el don del consejo; para no desmayar en la lucha y el trabajo concédenos tu fortaleza; que toda nuestra vida religiosa y familiar esté impregnada de tu espíritu de piedad; y que a todos nos mueva un temor santo y filial para no ofenderte a Ti que eres la santidad misma.
Asistidos en todo momento por tus dones y gracias, queremos llevar una vida santa en tu presencia.Por eso hoy te hacemos entrega de nuestra familia y de cada uno de nosotros por el tiempo y la eternidad.
Te consagramos nuestras almas y nuestros cuerpos, nuestros bienes materiales y espirituales, para que Tú sólo dispongas de nosotros y de lo nuestro según tu beneplácito.
Sólo te pedimos la gracia que después de haberte glorificado en la tierra, pueda toda nuestra familia alabarte en el cielo, donde con el Padre y el Hijo vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.

2 Comentarios:

Pope photos from Rome....
http://sergica.miniville.fr/sec/

Renovación de la Consagración de México al Espíritu Santo.

Nuestros amados pastores harán una nueva invocación al Poder de Dios para pedir, como hizo el profeta Ezequiel (capitulo 37), que los huesos secos de nuestro pais y de nuestra Iglesia sean revestidos de carne y de vida, pero no solo de una vida "natural" sino divina y sobrenatural, que nos de la capacidad de transformar con la caridad de Dios nuestra sociedad violenta e injusta en una Civilizacion guiada por la justicia,el respeto y el amor fraterno. Acojamos con grande empeño esta nueva llamada de Dios y demos frutos de conversion no sea que nos ocurra como al Pueblo de Israel que no supo escuchar a su Mesias y su herencia fue dada a otros que dieran fruto a su tiempo.
Sergio A. Prado Flores
Famiglia dello Spirito Santo.
Roma

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